jueves, 13 de abril de 2023

SIN NUESTRA ALMA, SOMOS COMO UN ORDENADOR SIN ENERGIA

En uno de nuestros viajes a Barcelona con mi hija mayor y su amigo Kevin me preguntaron por los cuerpos astrales, por el alma.
- ¿Qué es el alma mamá?
Alma, cuerpos astrales, espíritu, esencia, tiene muchos nombres, pero, ¿cómo describir que es para nosotros el alma a una adolescente, divergente de mente, que solo quiere respuestas a aquello que no entiende o no se explica?
Sin más, intente conectarme en mi fuente, en mi yo verdadero, para poder explicarle con algún simbolismo actual lo que para mí era el alma.
- ¿Qué es para vosotros un ordenador? - les pregunte.
- Una máquina! - respondieron con obviedad.
- Sí, es una máquina, que contiene una información. Un software, hardware, programas, gigas, núcleos de almacenamiento, etc. Es una máquina capaz de hacer o saber cualquier cosa. ¿No?. ¡Puede realizar programas matemáticos, de cálculo, corrige faltas de ortografía, hasta sabe de filosofía e historia! Una máquina preparada para todo, y según el modelo, más avanzada o más primaria. Con más capacidad o menos. Vamos lo que viene siendo más simple o más complejo.
- ¡Mamá! Que tiene que ver un ordenador con el alma!.-
- Tiene que ver todo!, nosotros somos una máquina de perfecta precisión. Nosotros nos fabricamos en el vientre materno durante nueve meses. Meses en que se incluyen los datos, los gigas, la capacidad, la forma, el color, el todo. Durante esos meses nosotros no necesitamos nada, vivimos conectados al cordón umbilical de nuestra madre, y es ella quien proporciona toda la energía. Pero, ¿Qué pasa con el ordenador una vez lo has comprado y llega a casa? ¿Qué debemos hacer para que funcione?
- Pues abrirlo!, y conectarlo! - respondieron al unísono.
- Exacto!, conectarlo, pero, ¿dónde? - pregunte.
- A la LUZ! - se reían.
- Exacto, a la luz. Y sin la corriente eléctrica el ordenador no sirve de nada, es un aparato completo, sofisticado pero inútil. Sin la energía de la luz, o la carga de las baterías, el ordenador no funciona, no sirve para nada. Es una caja repleta de información inválida e improductiva. Pues eso es lo que pasa con nuestro cuerpo. En el momento en que nacemos, nos conectamos a esa luz, esa luz que nos arranca el sistema y empezamos a procesar. En el momento en que nacemos nuestro ordenador se activa porque se conecta a alma, nuestra esencia, energía, llamarla como queráis.
- Y si somos como un ordenador, quiere decir que ¿tenemos ya toda la información dentro de nosotros? -
- Un ordenador viene con un programa de serie, ¿verdad?, pero ese programa podemos reiniciarlo, ampliarlo, mejorarlo y actualizarlo. También podemos conectarnos con la nube, y allí la información es ilimitada.
- ¿La nube? ¿Qué sería en nosotros la nube? - preguntaron.
- Sería el lugar donde nuestra alma, nuestra esencia, energía, busca la conexión a nuestro yo verdadero, a nuestra fuente, en la que podemos hallar en estado meditativo, en estado de silencio y calma. La voz que nos guía, la intuición que nos frena en algunas ocasiones. La sabiduría cósmica de las estrellas. Eso sería la nube, el lugar donde se alojan nuestras almas antes y después de estar aquí.
- Por lo tanto, según tú, ¿ya sabemos todo? - pregunto Kevin.
- En el momento en que nos conectamos, nosotros conectamos a nuestra mente, nuestra mente empieza a procesar pensamientos, conductas, y es nuestra mente, por desgracia, la que coge el control. Es como el sistema operativo de la máquina. Pero, ¿Qué pasa cuando solo se trabaja con lo que hay dentro de la máquina? ¿Qué pasaría si no tuviéramos conexión a esa nube?
- Pues que solo podríamos hacer y saber lo que tenemos dentro de serie. No podríamos llegar a ningún lugar más.
- Exacto, eso es lo que pasa cuando solo se está en el EGO, cuando tu ser no conecta con tu esencia, con la energía invisible, con la "wifi". Cuando está solo presumiendo de los gigas de serie, del diseño de la pantalla, de los 4 núcleos, o del último programa de Microsoft. Entonces nuestra alma no se conecta con la fuente, y tira solo de reservas de batería... hasta que un día se apaga. No funciona bien, se cuelga... y no sabemos por qué. ¿A lo mejor ha entrado un virus?, o a lo mejor, nuestra mente es nuestro virus.



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